Apeles, el más ilustre de los pintores griegos, nació en  Efeso, y vivió en  la corte de Alejandro Magno, cuyo retrato pintó.

Apeles, aunque muy grande artista, se mostraba muy severo para consigo mismo; lejos de ofenderse por las críticas, las provocaba el mismo. Cuentan  que a veces exponía públicamente sus cuadros, ocultándose detrás del lienzo para oír las observaciones de unos y otros.


Un día  criticó un zapatero de sandalia de uno de los personajes, y Apeles enmendó el error. Al día siguiente se atrevió  el mismo  oficial a  criticar otras partes del cuadro: salió entonces el artista de su escondite y le dijo " Zapatero, no pases del  zapato".